Existen tres miedos habituales que acompañan a la figura del farmacéutico como responsable de la gestión de la farmacia:
– Miedo a tomar una decisión equivocada:
Muchos caminos conducen a una decisión incorrecta, incluida la confianza excesiva, la falta de información disponible e incluso la indecisión. Para superar este miedo necesitamos formación y herramientas que nos ayude a tomar decisiones con mayor seguridad.
Una forma de eliminar el miedo a las malas decisiones es optar por decisiones más frecuentes y más pequeñas, ya que puedes tomarlas más rápido y tener menos riesgos inherentes.
– Miedo al riesgo y a una situación económico financiera difícil:
Una economía complicada puede destruir las mejores empresas. Grandes empresas han caído a lo largo de la historia por no superar un bache económico financiero. Las personas exitosas no se diferencian por no tener dificultades, sino por cómo las manejan.
La mejor manera de manejar las circunstancias imprevistas es planificar cómo van a suceder mediante una planificación financiera oportuna. Innumerables directores ejecutivos han sobrevivido a desastres económicos al planificar sus presupuestos como si fueran a ocurrir.
Plantear diferentes escenarios puede dar miedo, pero es la mejor arma de un pharmanager para enfrentarse con garantías a decisiones económico financieras.
– Miedo a no motivar a los empleados:
Estar al frente de la farmacia conlleva motivar a las personas que trabajan con nosotros, lo que a menudo se dificulta… por nuestra propia naturaleza humana. El estrés y cómo reaccionaremos en momentos de presión, el compromiso y la moral son difíciles de predecir y más difíciles de manejar.
Necesitamos dotarnos de habilidades directivas que nos ayuden a conocer mejor nuestras fortalezas y debilidades y trabajar para crecer como líderes. Para combatir este miedo, los farmacéuticos debemos dotarnos de habilidades directivas, comenzando por conocer nuestras fortalezas y debilidades como jefes y trabajar para crecer como líderes
Ser creativos, y cercanos en nuestra relación con los empleados y entender lo que les motiva, lo que les gusta y disgusta, sus aspiraciones, nos ayudará a encontrar fórmulas que nos permitan aumentar el nivel de compromiso de nuestros colaboradores.